Opinión… Agenda inteligente por Jessica Vega
Tener muchos amigos siempre es bueno, sus ventajas son muchas y variadas; quizá lo mejor es que esto garantiza tener diversas versiones de un mismo tema, pues creo firmemente que lo único que en verdad enriquece es la diversidad, de lo que sea y como sea. Diversidad de ideas y muchos amigos, es justamente lo mismo.
Desde hace algún tiempo en las reuniones de cualquier tipo, aparece un tema constante, que además de ser actual, es el origen de todas nuestras discusiones, por lo que me parece básico y fundamental hablar de ello y más cuando pensamos en el futuro inmediato: la Transición Democrática.
En México, país de una sociedad tan diversa, las opiniones se dividen y se enfrentan, pero insisto: la diversidad tiene más ventajas que desventajas.
Para algunos la transición democrática inició en el seno del partido único, aquel partido que ganaba todo y siempre, ese instituto político de decisiones verticales, autoritarias. Pero debemos recordar que sus primeras acciones democratizadora se dan en un ámbito de sobrevivencia ya que se ven obligados a abrir el espectro a “otros”, a las ideas diferentes, para cumplir con la básica de un famoso ideólogo del partido único: “cambiar para seguir igual”.
Así, en 1963, se inventaron a los diputados de partido en donde los partidos políticos que lograban determinado porcentaje de votos tenían derecho a que se les asignarán una representación dentro de la Cámara de Diputados.
Sin embargo, estos personajes con ideas diferentes no tenían ni recursos para ganar una elección y, mucho menos, una estructura capaz de enfrentar a un partido que tenía básicamente todo el poder y los recursos del Estado. Era simplemente un guiño a las democracias.
Otros piensan, que la Reforma electoral de los años setenta fue con la que comenzó nuestra transición democrática ya que dictaba la creación de más distritos electorales y la aparición de los llamados diputados plurinominales, las razones eran casi las mismas, pero siempre la constante: una competencia legítima, pero nunca y de ninguna manera, equitativa.
Algunos más, insisten que el proceso de transición tiene sus raíces en 1988. Esa elección, sin duda alguna fue un parteaguas, porque se presentan condiciones en donde los partidos políticos ven la posibilidad real de ganar al partido de Estado la elección más importante en este país: la presidencial.
Bajo ese contexto forman estructuras, hacen alianzas tanto ideológicas como regionales, pero esto no fue suficiente para lograr lo más importante: la legitimidad que desde el poder de manera normal siempre obtenía. Esta circunstancia puso en la mesa del debate la necesidad de sustituir al gobierno como árbitro de las contiendas electorales y se buscó la creación de un órgano que fuera autónomo del gobierno y en donde la ciudadanía tuviera una mayor participación, así aparece el Instituto Federal Electoral, hoy INE.
Por supuesto, hay voces que dicen que la transición democrática sólo aparece hasta que el partido único pierde la elección presidencial en el año 2000, y da paso a la alternancia en el poder que aparece como el remedio para todos los males, pero aquí valdría preguntarnos: ¿efectivamente es el remedio de todos nuestros males? ¿La alternancia garantizó una real y efectiva división del poder? ¿creó la indispensable confianza del ciudadano en su voto, pero también en la ley?
Este breve recuento de nuestra historia reciente, no es más que un recordatorio permanente de lo que falta por hacer pues la democracia, en mi opinión, vive en un permanente proceso de cambio, siempre está madurando, actualizándose de acuerdo a las necesidades que tenemos como sociedad y país.
Y lo hace todos los días y creando preguntas no siempre amables: ¿qué necesitamos para consolidar nuestra transición democrática?, ¿cuál es la agenda pendiente de la transición democracia?, ¿cuáles son los riesgos y los retos de nuestra transición democrática?
Seguramente ustedes tendrán más preguntas sobre este tema.
Por mi parte, en próximas entregas, trataré de manera sencilla las cuestiones que desde mi perspectiva son básicas e indispensables para avanzar en la transición democrática.
Iniciaremos con el tema de:
L A I M P U N I D A D —
¡¡¡Hasta la próxima!!!
Jessica Vega
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