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  ***Columna ENTRE LÍNEAS: El alcalde faltista

***Columna ENTRE LÍNEAS: El alcalde faltista

 

Ante el ausentismo del alcalde izcallense Víctor Manuel Estrada Garibay en las sesiones de cabildo del municipio 121 de la entidad mexiquense, ya se asoman para él nubarrones iguales o peores que los que se registraron en el Valle de México recientemente, porque podría ser objeto de una sanción, debido a que no se presenta a las juntas edilicias.

Al respecto, el regidor de morena Ignacio Piliado, hizo un pronunciamiento donde abordó esta situación, en la que el edil ni siquiera ha dado una explicación para justificar sus reiteradas inasistencias a las sesiones del cuerpo colegiado.

Podrá tener mil razones el presidente municipal para no presentarse a los plenos edilicios, pero con su ausencia, no hace sino confirmar que no quiere que lo cuestionen por la inconformidad ciudadana, que ha crecido exponencialmente, a últimas fechas, debido a la privatización de los estacionamientos públicos.

El regidor Ignacio Piliado, denunció que no se ha puesto el debido interés a este asunto, por lo que dejó en claro que nunca se le ha informado respecto a las faltas temporales del alcalde.

Y recordó que de acuerdo con el artículo 40 de la Ley Orgánica Municipal, aquellas faltas temporales que no excedan de 15 días naturales, se harán del conocimiento del ayuntamiento, mismas que deberán estar debidamente justificadas.

Pero como no se le informa a los miembros del cabildo respecto a las ausencias de Víctor Estrada, no es posible justificar sus faltas, pese a que la ley le otorga la facultad de no asistir hasta en 3 ocasiones durante su mandato.

Aquí está de por medio no únicamente el tema de la sanción en sí a la que pueda hacerse acreedor en un momento dado el medallista olímpico, sino sobre todo el miedo que demuestra a que los integrantes del cabildo le hagan señalamientos, critiquen y pongan en tela de juicio la forma en que está conduciendo la administración pública.

Cuautitlán Izcalli está pasando un trago amargo, porque el gobierno que encabeza Víctor Estrada tiene un fuerte rechazo de parte de la ciudadanía, al notar que no hay avance y sí retroceso en esa demarcación, puesto que la corrupción campea y la inseguridad en las calles está presente permanentemente, mientras los abusos de autoridad son el pan de cada día.

El alcalde lejos de estar faltando a las sesiones de cabildo, debería ser el primero en acudir a ellas para demostrar que le interesa contribuir a la solución de la problemática que viven los ciudadanos izcallenses, pero no es así, porque prefiere hacerle al escapista, eligiendo evadir la realidad en lugar de enfrentarla.

Además, el cabildo está recibiendo un mensaje de desdén de su parte, al no informar sobre la causa por la que no asiste a las sesiones del cuerpo colegiado, lo que constituye una auténtica falta de respeto contra los ediles, ya que tal vez piensa que éstos no se merecen una explicación de sus inasistencias, pero no advierte que en cualquier momento puede ser llamado a cuentas por instancias superiores de gobierno y fiscalización, ante esta actitud de indolencia.