***Columna ENTRE LÍNEAS: Llueven protestas

***Columna ENTRE LÍNEAS: Llueven protestas

 

Aquellas desafortunadas declaraciones del alcalde de Ecatepec, Indalecio Ríos Velázquez, de que las mujeres que se encuentran en calidad de desaparecidas en esa demarcación, es porque “se fueron con el novio,”  se convirtieron en un bumerang que ahora regresa contra el propio presidente municipal y al edil le ha estallado el rechazo de los ciudadanos de ese municipio, clasificado como el más peligroso del país.

Cómo estará la cosa, que sus propios vecinos del fraccionamiento Las Américas lo increparon y exigieron su destitución, esto durante una reunión precisamente respecto al tema de la seguridad pública.

La indignación ciudadana  estalló contra el presidente municipal tras el crimen de la joven  Mariana Joselín, quien fue objeto de un ataque sexual antes de ser asesinada, se dice que por parte de un empleado de la carnicería, con razón social “Carnicasa”, que se encuentra en avenida Independencia esquina con José María Morelos. La víctima fue sepultada en Ciudad Azteca.

“No más feminicidios”, “no me fui con el novio”, fueron algunas de las pancartas que mostraron los inconformes, quienes no bajaban al presidente municipal de cobarde y  corrupto, exigiendo al mismo tiempo justicia para Mariana. Le bloquearon la salida para que no emprendiera la graciosa huida, pero luego el gobierno de Ecatepec lo mostró como la víctima de un grupo de personas identificadas con el partido morena. Lo cierto, es que en Ecatepec el horno no está para bollos y el alcalde Ríos Velázquez ni puede con la inseguridad ni demuestra estar bien asesorado, ya que sus palabras provocan reacciones de rechazo en la población.

 

En el municipio de Atizapán de Zaragoza, también hubo una protesta, en contra de los actos de represión que se registraron en comunidades de la zona norte de esa demarcación, derivados del desacuerdo de los vecinos con obras realizadas por la Comisión Federal de Electricidad (C.F.E.), así como por los golpes y detenciones de parte de la policía.

La marcha, que arrancó en la zona de la Manzana de Roma, municipio de Tlalnepantla de Baz, llegó al palacio de gobierno de Atizapán, a convocatoria de la Asamblea Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica (ANUE), así como del comité del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) Lechería y otras organizaciones sociales, que efectuaron esta protesta para expresar su repudio a lo que consideran actos de abuso de autoridad.

Los manifestantes demandaron una tarifa social justa, porque por si fuera poco, “todo nos está robando este mal gobierno” y coreaban consignas como C.F.E, entiende, la patria no se vende.

En tanto, en Tlalnepantla se llevó a cabo una conferencia magistral conmemorativa de los dos años que han pasado desde que la Secretaría de Gobernación emitió la alerta de violencia de género para 11 municipios mexiquenses incluida la tierra de en medio.

Y lo desagradable, de acuerdo con los datos duros que ahí se presentaron durante el acto llevado a cabo en el teatro Eugenia León, es que afloró la información de la sombría realidad: la indolencia de las autoridades con la violencia que padecen las mujeres, se convierte en un factor que pesa para que los feminicidios pasen con mención honorífica, al departamento de la impunidad.

El Observatorio Nacional del Feminicidio, señala que el 30 por ciento de las mujeres que son asesinadas se encuentran en calidad de desconocidas y en el 56.72 de casos, se desconoce la identidad del victimario.

Además, de 922 casos de mujeres víctimas de este ilícito, recibieron una sentencia condenatoria apenas más de 70 personas y las autoridades han privilegiado minimizar el problema en lugar de enfrentarlo, maquillar las cifras e invisibilizar esta situación.

Y en materia de paridad de género, en lo que respecta a participación política de las mujeres, la única entidad del país que cumple cabalmente es Querétaro, donde de sus 18 municipios, 9 alcaldías son gobernadas por mujeres y 9 por hombres, mientras que el 50 por ciento de legisladores del Congreso local son varones y el otro 50 por ciento, personas del sexo femenino.