MUNICIPIOS

Denuncia Antorcha aristocracia de Nicolás Romero aferrada a perpetuarse en el poder

Denuncia Antorcha aristocracia de Nicolás

Romero aferrada a perpetuarse en el poder

 

TLALNEPANTLA, México.- El dirigente antorchista y diputado federal Héctor Javier  Álvarez Ortiz, denunció que el municipio de Nicolás Romero es gobernado por una aristocracia conformada por los ex alcaldes Alejandro Castro y Martín Sobreyra, quienes se mantienen aferrados al poder, lo que no es bueno para el propio PRI, partido al que está adherida esta organización.

En conferencia de prensa, el legislador indicó que tanto Sobreyra como Castro, buscan perpetuarse al frente del gobierno directamente, pero también a través de sus consanguíneos, de lo que es ejemplo que el primero impuso a su hija Monserrart en una diputación y el segundo, acomodó a su esposa Angelina Carreño, como presidenta municipal.

Asimismo, Álvarez Ortiz detalló que frente a esta realidad, el movimiento antorchista no está de acuerdo en que dichos personajes “se pasen por el arco del triunfo el slogan de nuestro partido, que es democracia y justicia social,” además de denunciar que Alejandro Castro ha emprendido una campaña mediática en su contra, en redes sociales como en algunos periódicos que sirven a sus intereses.

Y recordó que la alcaldesa Angelina Carreño, no ha cumplido con los compromisos que adquirió con la ciudadanía de Nicolás Romero, al tiempo de anunciar que el próximo 26 de enero a las 10 de la mañana, se le presentará un pliego petitorio, con las presencia de al menos 30 mil personas, quienes se darán cita en la explanada del palacio municipal.

“Vamos a exigir que se respeten los derechos de la gente y se dé cumplimiento de parte del gobierno municipal a sus más sentidas demandas, en materia de seguridad, obras, servicios, educación y salud”, recalcó el diputado federal.

Por último, cuestionó que Nicolás Romero recibe fondos por más de 900 millones de pesos, pero de esa cantidad, sólo el 10 por ciento se utiliza para atender las necesidades de la población, mientras que una parte más considerable se usa para el pago de nómina, lo que genera un auténtico desequilibrio.