EN LA MIRA Manuel Guzmán

EN LA MIRA

Manuel Guzmán

 

*A 48 años del “halconazo”

El 10 de junio de 1971 sucedió en el país el episodio de represión conocido como el “halconazo” y pese a que ya transcurrieron 48 años de ese suceso, todavía no se ha hecho justicia a las víctimas de un descarado acto de violencia del Estado Mexicano, que se tomaba muy en serio su papel de lacayo, más que de aliado del imperialismo, en un contexto donde la guerra fría, dividía a la humanidad en dos grandes bloques irreconciliables: capitalismo y socialismo.

Bajo la lógica de un fiel lamebotas del imperio yanqui, el gobierno mexicano hacía eco de las fobias en contra de todo aquello que sonara a izquierda, a socialismo, a comunismo, a progresismo y justificaba el asesinato de estudiantes, como aquel fatídico 10 de junio, argumentando con una actitud de desbordante paranoia, que había una conspiración del comunismo internacional, para derrocarlo.

Este discurso, llevó a la represión más cruenta en contra de las luchas democráticas que había en ese tiempo, no había ninguna conspiración cubano-soviética, como mentirosamente decía el gobierno de Díaz Ordaz ante el movimiento estudiantil de 1968, no eran guerrilleros los universitarios de Nuevo León que en San Cosme perdieron la vida, a causa de protestar en contra de una ley orgánica universitaria con la que no estaban de acuerdo.

Desde luego, el gobierno priísta de ese tiempo había aprendido la lección: reprimir abiertamente con uniformados, el ejército y los granaderos, causaba desprestigio a nivel internacional como en el 68 y por lo mismo, se optó por utilizar grupos paramilitares, con gente vestida de civil, para que se confundiera con los estudiantes y que, consumada la represión, se culpara a éstos de haberse agredido entre sí, dejándole a las autoridades fuera de cualquier responsabilidad.

Fue un plan maquiavélico de parte de quien lo articuló, pero la matanza de San Cosme, dejó en claro que México padecía una enorme falta de libertades civiles, que salir a las calles a manifestarse equivalía a cometer un acto suicida y que el autoritarismo y no la democracia, eran el sello fundamental de un régimen que decía ser el heredero de la Revolución Mexicana.

México no fue la dictadura perfecta, a partir de que se le ocurrió al escritor Mario Vargas Llosa este concepto: ya lo era desde que el régimen de la postrevolución, mitificó a los héroes de la contienda revolucionaria, a los grandes caudillos, para justificar su permanencia en el poder, a costa de lo que fuera.

Hoy que el país es gobernado por la izquierda, existe una inmejorable oportunidad para que se aclare el hecho y se sancione con todo el peso de la ley a quienes estuvieron detrás del “halconazo”, además de la agenda pendiente con temas como la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.

Esta tragedia nacional, al igual que la del 68, fue llevada al cine y las nuevas generaciones que no viven en el país del régimen monolítico y autoritario, podrán darse una idea con la cinta “El Bulto”, de qué pasó en el llamado también “jueves de Corpus”, lo que seguramente las dará pie a indagar más y sacar sus propias conclusiones. 10 de junio no se olvida.