ENTRE LÍNEAS: La renuncia-denuncia de Ivonne Ortega

ENTRE LÍNEAS: La renuncia-denuncia de Ivonne Ortega

 

La crisis que vive el PRI se ahondará con la renuncia de Ivonne Ortega, quien luego de haber militado en ese instituto político durante 29 años, envió una carta a la dirigencia nacional del tricolor, donde señala que el Revolucionario Institucional vivió en la elección del pasado domingo, uno de los episodios de los que se puedan recordar en el país.

La renuncia-denuncia de la ex gobernadora de Yucatán, también refiere que “no cabe duda que se utilizaron las prácticas más viejas y perniciosas que han marcado negativamente al partido, las que han ameritado humillantes calificativos y el rechazo de los ciudadanos que, es bien sabido, le dieron la espalda en las pasadas elecciones constitucionales.

“Si entre los militantes del PRI prevalecen la trampa y la simulación, será imposible presentarse ante los mexicanos a pedir el voto,” aseguró Ivonne Ortega, tras haber sido confirmada la victoria de Alejandro Moreno como próximo presidente del comité ejecutivo nacional.

Dijo en un video que al PRI, lo refundieron y lo están llevando a la extinción, pero aclaró que no impugnará una elección que la cúpula deslegitimó.

Es claro que lo sucedido con Ivonne Ortega, habla de una crisis que no para dentro del Revolucionario Institucional, donde hay militantes que exigen a gritos la democratización de ese instituto político y que las viejas formas de hacer política sean eliminadas, ya que, como bien ha señalado la ex gobernadora, de otra manera el tricolor se estará condenando a sí mismo a desaparecer.

Y es que resulta evidente que en las elecciones que han existido posteriores a la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república, al PRI no le ha ido nada bien y no ha encontrado el camino para reponerse de la sacudida del 1 de julio de 2018.

El escenario luce harto complicado para las huestes priístas, que tienen urgencia de encontrar una estrategia que les permita subsistir y mantener el registro como partido político nacional, pero indudablemente, tienen en contra que la mayoría de los ciudadanos sienten un enorme rechazo contra el PRI.

Mientras el PAN se reposiciona y aparece como el único crítico visible de la Cuarta Transformación y de Morena, el Revolucionario Institucional baja la guardia, se queda callado y se ha vuelto una oposición tímida, a la que la gente no le compra la idea de que sea una opción viable de gobierno.

En el Estado de México, las cosas tampoco están mejor para los priístas, el gobernador Alfredo Del Mazo se encuentra muy mal evaluado por los ciudadanos mexiquenses, en el rango de los 10 gobernadores menos calificados positivamente.

Y aunque la dirigente estatal Alejandra Del Moral es enjundiosa y trabaja arduamente para sacar adelante a su partido, lo difícil será que ese partido haga cambiar de parecer a los mexiquenses, respecto a que les conviene en 2023 volver a darle su confianza en las urnas, para que no se interrumpa la continuidad del PRI como gobierno en la entidad.

El desgaste en el ejercicio del poder ha minado progresivamente al PRI en el Edoméx, Eruviel Ávila llegó a la gubernatura prácticamente por la libre, pero Alfredo Del Mazo alcanzó la posición por un escaso margen, apenas arriba de su contrincante de izquierda Delfina Gómez Álvarez.

Algunos analistas políticos mencionan que el PRI no es que vaya a desaparecer, sino que terminará en condición de partido satélite, por lo que para mantener el registro tendría que tejer alianzas electorales, incluso con sus adversarios acérrimos, como el Partido Acción Nacional.

Mismo caso ha sido en los últimos años el PRD, que se está cayendo a pedazos, partido al que se le han ido cosa como de 4 millones de militantes y que se tuvo que sumar con la derecha (PAN), para no desaparecer.

Tristemente, el PRD, que se fundó en 1988 y que en su momento era una auténtica opción de izquierda, heredero de la lucha social de los militantes del Partido Comunista Mexicano (PCM), del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y de la fusión con la corriente democrática del PRI, está al borde del colapso.

El Sol Azteca, empezó a decaer fuertemente tras la renuncia de AMLO a ese instituto político y se tambaleó, pero ninguno de sus dirigentes quiso reconocerlo, hicieron del PRD un partido anti Morena, que todo lo criticaba viniendo del movimiento de López Obrador, pero que se vio incapaz de retener posiciones fundamentales como el gobierno de la Ciudad de México, así como la mayoría de delegaciones políticas, hoy alcaldías en la capital del país, donde Morena tuvo una victoria contundente.