***ENTRE LÍNEAS: Retomar el ejemplo de Naucalpan

 

***ENTRE LÍNEAS: Retomar el ejemplo de Naucalpan

 

Hasta el día de hoy, sin faltarle al respeto a otros gobierno, la realidad es que parece que sólo en el ayuntamiento de Naucalpan han entendido cabalmente que la alerta de violencia de género no debe ser un tema que haya llegado para quedarse, ya que el verdadero objetivo es que a través de políticas públicas transversales y el impacto que éstas tengan en la sociedad, así como con el promover una conciencia contra las agresiones en contra de las personas del sexo femenino, se llegue al punto en que ésta ya no sea necesaria y la demarcación quede libre de ella.

La dichosa alerta, ha sido malentendida por muchos gobernantes, en particular los de los 11 municipios mexiquenses en los que en el sexenio anterior, la Secretaría de Gobernación, emitió la declaratoria correspondiente, luego de la insistencia de organizaciones de la sociedad civil, que la pedían a gritos y que no tuvieron respuesta durante el gobierno de Enrique Peña Nieto -que hizo hasta lo imposible para que no se decretara-, entonces titular del ejecutivo estatal en el Edoméx.

Cuando después de una fuerte lucha las organizaciones ciudadanas consiguieron mover a la Segob para que ésta hiciera la declaratoria formal de alerta de género en 11 municipios del Estado de México, los alcaldes que se encontraban ejerciendo el poder, creyeron que de lo que se trataba, era simplemente de aplicar las políticas públicas del llamado protocolo naranja y tirarse a la hamaca: una grave equivocación.

Erraron el camino, porque no se trazaron metas para combatir a fondo las agresiones contra mujeres que derivan en feminicidios y por lo mismo, los ediles se conformaron con hacer lo que podían -y lo que querían-, mas no comprendieron que tenían que establecer avances medibles, que al final de sus trienios, abrieran las puertas a que la alerta ya no fuera necesaria.

Tan no entendieron las cosas, por ejemplo en Tlalnepantla, que la mayoría del cabildo durante el gobierno de Denisse Ugalde Alegría, se negaba tajantemente a la creación de una comisión transitoria en materia de alerta de violencia de género, propuesta por la entonces regidora y hoy funcionaria federal, Gabriela Valdepeñas González.

Y justamente, el espíritu de la alerta representa que ésta tiene que ser temporal, no para toda la vida, por ello, bien ha hecho el gobierno de la alcaldesa naucalpense Patricia Durán Reveles, al tomar el toro por los cuernos y asumir que Naucalpan va por la superación y eliminación de la alerta.

Ojalá que los otros 10 municipios que la tienen (Chalco, Cuautitlán Izcalli, Tlalnepantla, Toluca, Ecatepec, Ixtapaluca, Tultitlán, Valle de Chalco, Chimalhuacán y Nezahualcóyotl),  hagan eco del compromiso que hay en Naucalpan para que sea territorio liberado de múltiples delitos cometidos en agravio de mujeres y particularmente de feminicidios y no porque le tengan que copiar a Paty Durán sino porque ése es el sentido que debe tener el manejo de la alerta.

Prueba de que no tuvieron claro en los ayuntamientos este asunto, es que se les asignaron recursos por 30 millones de pesos, en fondos etiquetados en 2018 para atender la alerta, dinero que dejaron perder. No supieron cómo proceder.

A ver si lo estamos diciendo bien: no hay que confundir que lograr la declaratoria de alerta de violencia de género es un avance, pero significa tener acceso a un espacio para dar la batalla, no la solución mágica a la violencia que padecen las mujeres mexiquenses.

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Apenas pasó la primera etapa de la elección interna del PAN en el Edoméx y el mandamás de Acción Nacional en la organización de los comicios, representante también de ese partido ante el INE, Francisco Gárate Chapa, ya se le fue a la yugular a algunos presidentes municipales que hoy gobiernan bajo la marca Morena, pero que fueron en su tiempo fervientes militantes panistas.

Gárate señala, apuntando con el dedo acusatorio a la alcaldesa de Atizapán Ruth Olvera Nieto, al edil de Coacalco Darwin Eslava Gamiño, al presidente municipal de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gómez y al secretario de Gobierno de Naucalpan, Manuel Espino Barrientos, de ser los artífices de querer imponer a gente vinculada con ellos, al frente de los comités municipales azules.

En otras palabras, Paco Gárate denuncia que dichos funcionarios, que antes fueron sus compañeros de partido, ahora, desde el poder, están metiendo las manos en la vida interna del PAN.

Sin embargo, no hace mucho que el dirigente estatal del blanquiazul, Jorge Inzunza Armas, presentó ante con bombo y platillo el sistema de votación para la elección interna de Acción Nacional, totalmente moderno, con urna electrónica, lo que en palabras del líder panista, garantizaría la total transparencia del proceso, que estaría blindado de cualquier posibilidad de ser manipulado.

Así las cosas, para que su dicho fuera contundente, don Paco Gárate debería presentar las pruebas de lo que denuncia, ya que de otra manera no va a pasar de percibirse como grilla.

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Al alcalde de Nicolás Romero Armando Navarrete López, le ha caído ya el fuego amigo, puesto que durante la entrega de 113 vehículos para reforzar el trabajo de diversas dependencias de ese municipio, denunció que entre los que le apuestan a que le vaya mal a su gobierno, no están solamente actores de otros institutos políticos, sino también de Morena. No me ayudes compadre, dice la sabiduría popular.

Pero el presidente municipal dejó en claro que aquellos que están poniendo en tela de juicio la labor del gobierno de Nicolás Romero, aunque sean de su mismo partido, no se dan cuenta que al querer que a la actual administración le vaya mal, ello equivale a que les interesa que a la ciudadanía también le vaya mal en esta demarcación.

Y es que Morena es un partido que arrastra la “herencia maldita” de las formas de hacer política que ha tenido el PRD, de donde muchos de sus militantes se fueron para apoyar el proyecto de AMLO y entre otras cosas, los morenistas son todo, menos unidos y se la pasan como antes el Sol Azteca que se metía en constantes luchas intestinas de las llamadas “tribus”, en interminables disputas de grupos, como las que hay entre “puros” y “gapos”, que a nada llevan y pueden restarle mucha fuerza a ese partido, que sólo tiene como común denominador a Andrés Manuel López Obrador.