La opinión de: José Alberto González Aguilar
En días pasados leí a Gabriel González Molina, un experto en temas de medición que en su reciente libro “Switchers S2 El segmento de la orfandad” nos dibuja algunos escenarios muy interesantes que podrían darse electoralmente hablando el próximo año, este autor ha sido muy certero en otros momentos coyunturales de nuestro país, y desde ahora lo considero una lectura obligada para aquellas y aquellos que tengan intenciones de entender, contender y leer los posibles futuros de México en el 2024.
Primeramente es muy importante destacar su visión de que nada está aún decidido, sin emabrgo es muy importante detectar a esos ciudadanos que pueden ser el fiel de la balanza, y estos no se van a encontrar en los votos duros ni en los votos militantes de las estructuras partidistas, este libro es una mirada al como piensan y que necesitan aquellas y aquellos que se mueven en la compleja y apetecible zona que colorean los indecisos. González Molina centra una idea que creo debe ser la base de toda campaña, acaso es lo mismo aprobar que votar.
López Obrador en efecto es un Presidente con una amplia aprobación y si se pensara que sus niveles de aprobación se trasladan inmediatamente a sus partidarios entonces la elección estaría ya decidida; pero aquí lo relamente destacable es que quienes hoy lo aprueban no necesariamente votarían de nuevo por él, y no votarían tampoco por aquellos que lo representan, y es que hay que entender la proyección de los comportamientos y el como actuan y no como piensan los electores, y la cotidiana confrontación que se vive hoy, tiene cansada a la mayor parte de la población, es decir si bien el Presidente tiene niveles de aprobación del orden de un 55 a 60 por ciento, tambien hay un alto porcentaje de la población que ya no esta de acuerdo con el escenario de encono y confrontación en el que México vive actualmente.
Y la polarización actual es tal vez la variante que puede decantar el resultado electoral, ya que refleja una compleja realidad, tal vez por esto es que cobre gran relevancia la candidatura de Samuel García un tercero en discordia que apuntale el 42 por ciento que se tiene previsto como techo de la candidatura de Claudia Sheinbaum, y así dividir y acortar el 58 por ciento en disputa restante, de los cuales algunos ya se difinieron pero otros son esa franja definitoria de la contienda; y son esos ciudadanos en orfandad los que no encuentran eco a sus pensamientos y necesidades, ya que no confían ya en el Presidente pero aún tienen algún tipo de resentimiento con el pasado pero a la vez no ven en a quien encauce sus inquietudes, y según González, son una población porcentaje del orden del 30 a 35 por ciento, y los denomina “S2”, y en ellos radica el peso definitorio de la elección, y estos no quieren saber de candidatos ni de partidos, estos “S2” necesitan sentirse atendidos y que sus causas y sentimientos se vean reflejadas en la campaña.
Atendiendo a esto la clave para el 2024 serán los jóvenes, adultos jóvenes y y quienes apuesten a dejar a lado el resentimiento y ver el futuro como una oportunidad. Por eso Xochitl Galvez parecía atractiva electoralmente hablando más no la Alianza que la ha postulado, a eso tal vez se deba que ha frenado su creciemiento ultimamente, la disyuntiva es se necesita un discurso concliliador y ciudadano, accesible y sin acartonamientos, y la pregurna es ¿Podrá hacerlo? o dejará ese vació que alguien más llenará, y ese alguien puede ser otra opción o el desencanto, y si gana el desencanto ya sabemos el resultado, ya que si no vota más del 55 por ciento de la población, todo está ya decidido.
El Punto Fino es: A decir del autor, el segmento ganador se ha sentido en la orfandad y abandonado, el mensaje es claro hay que valorar y escuchar a quienes apuestan por su trabajo, por su familia y por lo que les importa, que es el futuro y no mirar ni culpar al pasado.