LA VACUNA CONTRA LA INEPTITUD DE 4TA. Por Alfredo Oropeza

 

Durante los últimos diez meses, los mexicanos hemos sido testigos de la negligencia con la que el presidente López Obrador ha actuado, contra la pandemia del Covid-19. Durante este tiempo, el mandatario ha sido renuente de poner el ejemplo y mostrar seriedad, ante las recomendaciones dadas para la prevención y contención de contagios, emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Reacio y terco, como él mismo, en usar un cubrebocas de manera pública y como prototipo fiel del mexicano vale gorro, desatiende las normas en su país y las atiende cruzando la frontera; como lo fue en su visita a Estados Unidos, a donde acudió a rendir pleitesía y tratar de sumarle simpatías a Trump.

Así también, a la llegada del virus a México, López de manera irresponsable invitaba a los ciudadanos a salir, llevar su vida normal y hasta a abrazarse presumiendo de sus versiones retorcidas de la historia mexicana, con el cuento de que los mexicanos “seríamos inmunes al virus”. Incluso, alardeando de contar con artilugios religiosos y amuletos de buena suerte que le ayudarían a no contagiarse, como el “Detente”.

Solapado por su compinche y adulador Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien elevaba el egocentrismo del presidente al calificar que su inmunidad se debía a que “el único riesgo de contagio del presidente era su fuerza moral”.

Así, se explica como México ha llegado a ser el quinto país con más casos oficiales de contagios, en el continente americano: con poco más de 1 millón 250 mil casos confirmados de Covid-19, sólo atrás de Estados Unidos, Brasil, Argentina y Colombia. Mientras que, en cifras de muertes, es el cuarto país en el mundo con más personas fallecidas a causa del Coronavirus, con cerca de 114 mil personas, sólo detrás de Estados Unidos, Brasil e India.

Más allá de esas cifras, destaca el índice de mortalidad que ha tenido el virus en México (del 10%), respecto del resto del mundo. Mientras que, en la India fallece una persona de cada 75 contagiados o en Estados Unidos una de cada 55 o en Brasil, Colombia y Argentina que de cada 40 contagios perece una persona, en nuestro país está falleciendo una persona de cada diez que se contagian.

Lo anterior, revela la incapacidad y negligencia del gobierno de 4Ta., para invertir y contener el ritmo de contagios en el país, así como de coordinar de manera efectiva la emergencia sanitaria en el sistema nacional de salud y minimizar el nivel de mortandad en la población mexicana que se contagia de Covid-19.

Hoy, ante el evidente fracaso en la contención de la pandemia y el colapso del sistema de salud –dada la saturación de hospitales, falta u obsolescencia de equipo médico y medicamentos– el presidente López deja de lado su arrogancia y triunfalismo, para urgir a la población a quedarse en casa los próximos 10 días. Hasta después de Nochebuena y, si es posible, hasta el año nuevo, para evitar la saturación hospitalaria.

El llamado que hace López es para todo el país, pero principalmente en la Ciudad de México y el área metropolitana, para que se reduzcan las actividades y se evite salir, excepto para lo más indispensable; y, ahora sí, atender las medidas de prevención para disminuir los contagios de Covid-19, como el uso del cubrebocas.

México está a la vuelta del año, para iniciar el programa nacional de vacunación anticovid-19, con la llegada de las primeras vacunas de Pfizer. Pero, la torpeza y arrogancia con la que han actuado las autoridades federales, demuestra que habrá mucho por mejorar para las jornadas de vacunación.

En principio, la primera situación a resolver es el déficit en número de trabajadores de salud, ya que el número de vacunas a aplicar no coincide con el personal contratado. En segundo lugar, la coordinación operativa, ya que el desorden y las irregularidades demostradas en el censo de beneficiarios, de los programas sociales del actual gobierno (hecho por los “servidores de la nación”), demuestran la falta de transparencia, imparcialidad y efectividad en su ejecución.  Y la tercera condición, que el monopolio o acaparamiento de las vacunas disponibles, por parte del Gobierno de 4Ta., no conduzca a una mezquina campaña electorera de condicionamiento o promoción del voto, en favor del partido del presidente (Morena).