PARTIDOS POLITICOS

LOS CIEN FUEGOS DE LOPEZ OBRADOR. Por Alfredo Oropeza

 

Tanto ha empoderado López Obrador a las fuerzas armadas, al encaminarnos a la militarización de la seguridad, la economía, la función pública y hasta la pandemia, que ha tenido que doblegarse y contradecir, nuevamente, a su gobierno de 4Ta. –en el tan choteado y desgastado discurso de que quieren erradicar la corrupción–, para terminar exonerando al exjefe de las fuerzas armadas de todos los delitos que le inculpó la fiscalía de Estados unidos y elevarlo a los altares como un nuevo beato de la 4T.

Así como lo fue el caso Lozoya, demonizados desde México al ser arrestados en el extranjero, el gobierno de 4Ta. realiza todos los trámites y gestiona la extradición, para que una vez ingresados al país, sean purificados y eximidos de sus pecados, por obra y gracia del Mesías Tropical.

Y así, el presidente López va prendiendo fuegos durante el recorrido de su gobierno. Fuegos que el declara extintos por decreto personal, pero que van dejando una flama latente que va marcando su deplorable y mediocre gobierno.

Son tantos los errores, contradicciones y locuras de este gobierno, que ya es interminable enumerarlos. Los cuales, en su momento, prendieron el fuego de la crisis mediática y la crítica de opinólogos, políticos, medios nacionales y extranjeros. Para recordarlos podemos hacer el siguiente recuento:

En lo económico: La cancelación de la construcción del Aeropuerto de Texcoco, el encaprichamiento de construirlo en la Base Aérea de Santa Lucía, la ocurrencia de la Refinería de Dos Bocas y el Tren Maya patito; la caída de la inversión privada y la pública con el fin de priorizar sólo los programas y obras caprichosas del presidente; el recorte presupuestal a programas, secretarías y organismos autónomos, para despilfarrarlo en ocurrencias y programas clientelares; la suspensión de los contratos y licencias de producción de energías renovables, así como propiciar la cancelación de la planta de Constellation Brands, en Mexicali; la caída del PIB en 2019 de -1.5% y en 2021 de -12%, aunado al incremento de la deuda pública para continuar con los repartos de dinero discrecional; la estrategia de petrolización y carbonización de la economía, dándole la espalda a las energías sustentables y renovables; las adjudicaciones directas de cuates, de cerca del 80% de las compras que hace el gobierno federal y la militarización de la administración pública, al entregarle a las fuerzas armadas: obras, contratos y la administración de aeropuertos, aduanas, puertos marítimos y hasta hospitales; entre muchos más.

En corrupción: los ejemplos de impunidad avalados por el presidente, respecto a supuestos casos de corrupción y enriquecimiento de personajes del pasado, así como de familiares y amigos del nuevo régimen, como Manuel Bartlett, Zoé Robledo, Irma Eréndira Sandoval, John Ackerman, Lozoya, Rosario Robles, Ovidio Guzmán, Pío López Obrador y, ahora, Salvador Cienfuegos, entre otros; así como la asignación directa de contratos a personajes y empresarios cercanos al régimen; también, la asignación en puestos de funcionarios de personas que no cumplen con el perfil, ni los estudios y mucho menos la experiencia, en todos los niveles del gobierno federal, bajo el criterio de la lealtad a ciegas. Sumándole a todo, la irritación que le genera al presidente los temas de transparencia y acceso a la información; los escándalos de robo en el “Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado” y la no venta y no rifa del Avión Presidencial.

En seguridad: el fracasado combate al huachicol que generó desabasto de combustibles y la perdida de vidas, con la explosión de un gasoducto en Tlahuelilpan, Hidalgo; los niveles récord de violencia, inseguridad y homicidios impuestos en 2019 y 2020, por la ineficacia en la estrategia y coordinación en seguridad de este gobierno; el desaire y minimización de los casos de violencia contra las mujeres, violaciones y feminicidios; la militarización de la ocurrente Guardia Nacional, en la cual miembros activos y retirados de las fuerzas armadas asumieron los mandos operativos y administrativos; el Culiacanazo, la liberación del Chapito y la veneración a la madre del Chapo, realizados y reconocidos por el propio presidente, que han valido la sospecha de catalogar el actual régimen como un narco estado; la distracción de las fuerzas de seguridad y armadas en todos los temas que se le ocurren al presidente, menos la seguridad, como la de patrulla antinmigrantes, escoltas de pipas de Pemex, distribuidores de vacunas, entrega de libros de texto, etc.

En política: El ataque del presidente a todos los críticos, detractores, periodistas y medios de comunicación que señalen los errores y las contradicciones de su gobierno; la estrategia de división y confrontación de los mexicanos, al trazar una línea de encono y ataque hacia todos los que se oponen a sus ocurrencias y locuras, catalogándolos como conservadores, fifís, adversarios y hasta traidores de la patria; los intentos y casos de intromisión del presidente en los órganos autónomos y de justicia del Estado, como la Fiscalía Federal, la Suprema Corte, el Tribunal Electoral, el IFAI, el Inegi y hasta el INE; y los amagues de intervención en los procesos electorales y el intento de hablar de temas electorales, en favor de su partido. Sin olvidar, la confrontación y desencuentro con gobernadores y presidentes municipales, por los recortes presupuestales e implementación de sus erráticas políticas.

En Salud: El desmantelamiento del Seguro Popular y el subsecuente desabasto de medicinas, equipo médico y tratamientos contra enfermedades crónico-degenerativas, con la creación ocurrente del Insabi; la ligereza, subestimación e indolencia con la que reaccionó el gobierno, ante la llegada de la pandemia de Covid-19, y la desacreditación sobre las medidas de sana distancia y el uso de cubrebocas; la relajación irresponsable con la que se permitió el rebrote de nuevos contagios y los incrementos récord de muertes por Coronavirus, al fomentar el exceso de confianza de la gente, comunicando que la pandemia estaba bajo control, que había suficientes hospitales y camas disponibles y, hasta, promoviendo temporadas como el “Buen Fin”. Agregando, el uso electorero de la importación y aplicación de vacunas, de manera selectiva y discrecional a su clientela electoral, funcionarios emanados de morena y hasta los operadores político-electorales, como “Los Servidores de La Nación”.

Son cientos los fuegos encendidos por el presidente López, que todos los días trata de apagar en sus conferencias mañaneras, confiado en que sus dichos y declaraciones tienen el suficiente peso moral, aunque no verídico, para salirse con la suya y seguir dando la nota mediática. Pero al final, siempre deja pequeñas flamas encendidas, que en el mayor de los descuidos pueden volver a encenderse y llevarnos a todos, a la peor de las crisis política y económica.