LA DOBLE MORAL CONTRA LA CORRUPCIÓN EN LA 4T. Por Alfredo Oropeza
Sin lugar a duda, el gobierno de López será recodado como uno de doble moral en el tema de corrupción, ya que en este sexenio se persiguen actos de corrupción del pasado, pero se justifican e, incluso, se elevan al nivel de heroísmo los propios y el de sus aliados.
En su estrategia para combatir la corrupción, el gobierno de 4Ta., apuesta sólo a un enfoque selectivo, electorero, de discurso moralino y desarticulado. Sólo enfocado en casos emblemáticos, el presidente López aplica el viejo y reconocido refrán: “sólo hágase justicia en los bueyes de mi compadre”.
Tras los videos que se hicieron públicos –donde se puede apreciar a Pío López obrador, hermano del Presidente, recibiendo dinero por parte de David León Romero, entonces operador político del Gobernador de Chiapas y hoy parte del gobierno federal, para apoyar de manera ilegal y con recursos de origen ilícito la campaña de Morena en 2015–, han llamado la atención por la reacción del gobierno, que fue hacer de la explicación una excusa y no pasar a más.
En el combate a la corrupción, el gobierno federal sólo ha apostado por exhibir y “castigar” los casos más emblemáticos, mediatizándolos y politizándolos, antes que procurar justicia. Tal es el caso de Rosario Robles, Emilio Lozoya y el circo mediático y distractor de pretender consultar si se lleva a juicio a los expresidentes de México.
Pero en el caso de Pío, no se dijo ni pío y López sólo apostó a su habilidad de apagaincendios asegurando que el dinero era menos que en sonados casos de corrupción y que las bolsas de papel con efectivo, eran contribuciones del pueblo bueno para financiar a su movimiento, apoyándose (fiel a su costumbre) de pasajes distorsionados a conveniencia de la historia: “La Revolución mexicana se financió con la cooperación del pueblo”.
Tal parece que López olvido que su llegada al gobierno fue con la bandera de la transparencia y la honestidad, en tanto su partido recibía dinero no reportado ante la autoridad electoral para sus campañas.
Así, los videos que exhiben al hermano del presidente de la república recibiendo dinero en efectivo, en más de una ocasión, solo revelan un hecho irrefutable: la doble moral es la marca de la 4T. En ese sentido, López ha definido la unidad de medida para la corrupción: “la opacidad ajena siempre es corrupción, pero la propia solo puede ser financiamiento legítimo”.
A lo anterior, bien hubiera valido una respuesta de López, como lo hizo cuando reprochó que no se difundiera con mayor fuerza el video proporcionado por Emilio Lozoya:
“Esto que se dio a conocer es bastante fuerte, muestra la inmundicia del régimen de corrupción que imperaba, porque este dinero se usaba para comprar voluntades, conciencias, comprar votos”, describió el mandatario en una de sus mañaneras, en Palacio Nacional.
Al final, bien reza el viejo proverbio: “La doble moral de los cruzados es peor que la baja moral de los corruptos, porque se presentan como santos”.
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