COLUMNAS

Civismo Digital… Por Alfonso Malpica Olvera

Uno de los mayores retos que tenemos los adultos en referencia a la infancia en estos tiempos en materia educacional es en el campo de las redes sociales y la súper conectividad en la que todos, grandes y pequeños, vivimos cada día.No se puede negar que vivimos en un mundo híper conectado y que eso nos conlleva grandes beneficios. Por ejemplo, las videollamadas o la posibilidad de realizar juntas online con cualquier persona en cualquier lugar del mundo han mejorado muchísimo nuestra vida y han permitido que optimicemos nuestro tiempo para poder dedicar más parte de él a lo que queremos hacer y no tanto a lo que tenemos que hacer.

Las tecnologías de la comunicación permiten que las familias ya nunca estén lejos y poder ver a nuestros seres queridos y hablar con ellos casi en cualquier momento y desde cualquier lugar, sin importar el sitio físico donde estén los interlocutores.

Los niños y niñas, en muchos casos, han sido los profesores de los adultos mayores, de sus abuelos y abuelas, a los que han enseñado cómo utilizar los celulares y las tablets para poder verse siempre que quieran.

Y, sin embargo, a veces parece que los adultos no hemos entendido la enorme importancia que tiene nuestra nueva tarea de la educación en civismo digital a los más pequeños. Se trata de evitar que los niños y las niñas no repliquen los malos usos y comportamientos que los adultos llevan a cabo, sobre todo en las redes sociales, gracias a la invisibilidad y a la sensación de impunidad que nos puede dar el entorno virtual.

Es fundamental educar a nuestra infancia también en este ámbito y transmitirles que el hecho de que las personas con las que se interactúa no estén frente a ellos en ese momento, como cuando sí lo están sus compañeritos de salón, no quiere decir que no haya que guardarles el mismo respeto y tratarlos con la misma educación que los que sí están.

Es importante enseñar a niños y niñas que, igual que les explicamos que está muy mal decir mentiras sobre sus amigos y amigas o hacer correr el “chisme” sobre algún compañero o compañera sólo por conseguir la aprobación del grupo, aunque eso suponga lastimar a alguien, hay que hacerles comprender que igual de mal está en las redes sociales, ya que aunque ni siquiera conozcamos a la persona sobre la que se habla, también existe y se le puede hacer mucho daño.

Esta no es una tarea menor, sobre todo cuando observamos cada día como hay muchas personas ya bien adultas que se apuntan a cualquier actividad enredes que se trate de denostar a cualquiera, desde la ignorancia más absoluta sobre la realidad de esas personas a las que se critica y sin el más mínimo reparo para decir cualquier cosa que les pueda garantizar un puñadito más de likes en sus redes sociales, ya que es tristemente en muchos casos, la única vida que tienen ese tipo de gente.

Sin embargo, vale mucho la pena invertir el tiempo en dar herramientas a nuestros más pequeños para que sepan que la honestidad, la verdad y el buen comportamiento son la única tendencia que nunca pasará de moda, ni en lo digital ni en lo virtual.