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  EN EL PAÍS GOBERNADO POR CIEGOS, AMLO ES EL REY. Por Alfredo Oropeza

 

Con el fin de lograr lo que, a su regalada gana, dicte el capricho de su majestad, la Transformación de Cuarta mandata la lealtad ciega e incondicional a López Obrador y, en consecuencia, cumplir y hacer cumplir la santa voluntad del soberano, aun pasando por encima de la Ley.

Esta es una condición reconocida por el propio López, el cual exige a todos los funcionarios de su gobierno “lealtad a ciegas” y obediencia plena a sus edictos.

El pasado 25 de septiembre, el Presidente reitero pedir a los miembros de su Gobierno “lealtad a ciegas”, tras la renuncia de Jaime Cárdenas como titular del Instituto Robin Hood (para Devolver al Pueblo lo Robado), encargado de subastar los bienes incautados a delincuentes.

La renuncia del funcionario se dio tras dar a conocer todos los actos de corrupción detectados, como el robo de joyas por parte de los funcionarios, las subastas amañadas, el remate inmediato de bienes incautados sin cumplir los debidos procedimientos administrativos o sin mediar una sentencia judicial. A lo cual, el Gobierno de 4Ta. le exigía ejecutar tales actos evadiendo todo procedimiento normativo y demandándole “obediencia ciega” a las órdenes Presidente.

Esta, es la muestra clara de la política de cumplimiento de la Ley implementada por el Gobierno de 4Ta., que tiene como única justificación la obediencia ciega a los caprichos y ocurrencias del Presidente, quien afirma: “hacer algo por el pueblo cuesta, hay una maraña de normas que impiden avanzar para hacer justicia.”

Es aquí donde López, una vez más, se contradice y dilapida la poca congruencia que muestra entre su decir moralino y su actuar autoritario. De su tan reiterada y refriteada frase: “al margen de la Ley, nada; por encima de la Ley, nadie”, deja muy en claro que la excepción aplica sólo para él y lo que a su antojo convenga.

Bajo el engañoso argumento de “buscar hacer justicia”, López exige a todos los funcionarios de su gobierno, sino lacayos, hacer y cumplir lo que a su reverenda voluntad se le antoje. Postrado como Rey, en un gobierno repleto de ciegos leales, desde el Palacio Nacional el gobernante ¬–casi cegado de soberbia y embriagado de auto veneración– ha determinado que sus designios están por encima de la Ley, porque en el fondo sus actos son buenas intenciones.

De ahí se explica por qué todos las acciones y obras emprendidas por este gobierno de 4Ta., producto de los delirios de López, se vienen ejecutando al margen de la Ley, sin el cumplimiento de normas, procedimientos y dictámenes que avalen la legalidad o buen procedimiento de los actos.

Así entendemos la cancelación de contratos en ejecución y licencias de construcción o inversión multimillonarias; consultas a modo y juicios sumarios mediáticos; obras faraónicas sin dictámenes de impacto ambiental, sin estudios de mercado y de viabilidad operativa; adjudicaciones directas sin concurso de proveedores, para garantizar buen precio y calidad; designaciones de titulares de órganos autónomos con procesos amañados o adecuando la ley para favorecerlos; las rifas fraudulentas de premios que no se entregan y el desvió de recursos públicos para compensarlos; y la designación de centenas de funcionarios públicos sin el perfil curricular, sin experiencia e, incluso, con sanciones por su mal desempeño como servidores públicos, en otras administraciones.

Finalmente, así se traduce el significado de la “Cuarta Transformación”, no es otra cosa que, lograr consolidar un gobierno de funcionarios mediocres, ignorantes de las normas y ciegamente leales, para cumplir la voluntad y los caprichos de su soberano, así tengan que pasar por encima de la Ley.